"En 2012 el coste laboral ha caído un 0,8%, lo que quiere decir que a las empresas les cuesta un 0,8% menos producir. Sin embargo, los precios no se han reducido, como cabría esperar si las empresas hubieran trasladado la rebaja salarial a los precios de sus productos, para hacerlos competitivos.
El secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, ha denunciado este lunes que la devaluación de los salarios reflejada por primera vez en la Encuesta Anual de Coste Laboral del Instituto Nacional de Estadística (INE) es consecuencia de la "lesiva" reforma laboral "impuesta" en 2012 por el Gobierno del PP. "Lo que esta encuesta pone a la luz claramente son los efectos de la reforma laboral (...), que está produciendo un recorte de los salarios de los trabajadores", ha denunciado Ferrer.
Al mismo tiempo, el representante sindical ha alertado de otros efectos negativos de la reforma laboral también constatados por esta encuesta, como el "gran aumento de trabajadores" que han sufrido modificaciones en sus condiciones de trabajo. "Todo esto es un claro reflejo de lo que ya denunciamos en su momento: que la reforma laboral no iba a crear empleo, sino a destruirlo, que iba a empeorar condiciones laborales y a producir una devaluación salarial", ha concluido.
Y es que según la Encuesta Anual de Coste Laboral elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el coste neto que tuvieron que pagar las empresas por cada trabajador en 2012 ascendió a 30.667,43 euros, un 0,7% menos que en el año precedente. Si se tienen en cuenta las subvenciones y deducciones públicas, que en 2012 ascendieron a 238,12 euros, el coste bruto por trabajador alcanzó los 30.905,55 euros el año pasado, con un descenso anual del 0,8% respecto al ejercicio 2011.
Según UGT, los datos “ponen de relieve el fortísimo impacto que ha tenido la reforma laboral del gobierno del PP en los salarios de los trabajadores.
El sindicato recuerda que hay 673.000 empleos asalariados menos en el último año, 2 de cada 3 de ellos indefinidos, y una mayor precariedad que se refleja en todos los indicadores. “Pero es que no era ese su objetivo real –continúa el sindicato- sino el que reflejan los indicadores salariales, a pesar de que no estuviera entre sus objetivos declarados: para inducir una intensa devaluación salarial, haciendo cargar el peso del ajuste sobre los trabajadores y preservando del mismo a los perceptores de otras rentas, a quienes más tienen. Cargar, en definitiva, el peso del ajuste sobre los asalariados y pequeños autónomos”.
“En 2012 el coste laboral ha caído un 0,8%. Es decir, que a las empresas les cuesta un 0,8% menos producir. Sin embargo, los precios no se han reducido, como cabría esperar si las empresas hubieran trasladado la rebaja salarial a los precios de sus productos, para hacerlos competitivos. El IPC ha aumentado en 2012 un 2,4%. Es decir, que mientras a los empresarios cada vez les cuesta menos producir, a costa de las retribuciones de los asalariados y de sus condiciones laborales, cada vez venden más caro. ¿Dónde está el beneficio para nuestra competitividad que preconiza la teoría de la devaluación salarial?”, afirma UGT.
Pero, la Encuesta Anual de Coste Laboral ofrece también otros resultados, según el sindicato. “De un lado, los costes de indemnización por despido han caído un 12% en 2012, lo que viene a reafirmar el efecto esperado por la reforma laboral, al abaratar y facilitar dicho coste. De otro, un 11,2% de los trabajadores han visto modificadas las condiciones de convenio, en lo que supone otro efecto de la reforma, que otorga en último término al empresario la potestad para disponer unilateralmente de las condiciones pactadas libremente en los convenios. Todo ello refleja un importante aumento de la inestabilidad y precariedad laboral. Caminamos hacia un mercado laboral con menos empleo y de peor calidad, lo que supondrá una economía con menos capacidad de generar riqueza y menos competitiva en el medio y largo plazo. Porque la competencia vía costes laborales tiene un recorrido muy corto y estrecho”.
Desde 2010, los costes laborales en términos reales, un vez descontada la inflación, han caído un 6,3%. Como consecuencia, se está produciendo un cambio estructural en la distribución de la renta en España: el peso de las rentas del trabajo en el total del PIB cae continuamente, mientras que los excedentes de las empresas y las rentas mixtas han crecido hasta alcanzar niveles máximos. Por eso desde el cuarto trimestre de 2012 suponen una porción mayor que la remuneración de asalariados (46,3% frente a 44,7%), una situación anómala y excepcional en el contexto europeo."
Fonte: Nueva Tribuna
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