Los sindicatos todavía no concretan en qué consistirá esa "movilización creciente". Pese a la respuesta del domingo, todavía se resisten a hablar en público de la huelga general y mucho menos a especular con la fecha en la que se podría convocar. "Voy a seguir hablando de la reforma, y no me voy perder en el debate sobre la respuesta", defiendía el líder de UGT, Cándido Méndez, en la Puerta del Sol de Madrid.
Para las centrales de trabajadores, las medidas emprendidas por el Gobierno no solo pretenden cambiar el mercado laboral, sino el modelo social a través de los recortes presupuestarios. De ahí que hayan emprendido lo que llaman una "movilización inclusiva", que se ha concretado con la presencia de manifestantes que, con la habitual camiseta verde, se oponen a los recortes en la educación madrileña; los trabajadores afectados por el cierre de la planta de Arcelor en Villaverde; los que rechazan los recortes sanitarios; y la presencia de miles de personas del movimiento 15-M, que de forma crítica, y entre reproches a UGT y CC OO, se sumaron a la protesta.
Como es habitual, las cifras de sindicatos y policía difieren totalmente
Entre todos sumaron unos 110.000 asistentes a la manifestación madrileña, según los cálculos de EL PAÍS.
Los sindicatos han calculado en 500.000 los asistentes a la marcha de Madrid, en 450.000 los de Barcelona, en 80.000 los de Valencia, en 35.000 los de Alicante, en 50.000 los de Gijón y en 70.000 en Zaragoza. Como es habitual, se ha desatado una nueva guerra de cifras, ya que la policía nacional rebaja a 50.000 los asistentes en Madrid, a 22.000 los manifestantes en Alicante y a solo 25.000 los de Valencia, aunque aún no son cifras oficiales, mientras que el Departamento de Interior ha cifrado en solo 30.000 los manifestantes en la Ciudad Condal. En Andalucía, los sindicatos elevan a 100.000 las personas que han salido en toda la comunidad, la mitad de ellas en la capital y 30.000 en Málaga, aunque la policía local de Sevilla reduce los asistentes a 5.000, informa Javier Martín-Arroyo.
En las calles, la asistencia se percibía como multitudinaria. En Valencia, por ejemplo, la organización ha tenido que desdoblar la marcha por la calle de Colón, ante los miles de personas que aún esperaban en la salida para acceder a la calle de san Vicente cuando la cabecera ya había completado los más de dos kilómetros de recorrido, informa Joaquín Ferrandis. Los asistentes coreaban lemas como "¡Mariano, escucha el pueblo está en la lucha!", y también abundaban las pancartas alusivas a las recientes cargas policiales contra estudiantes.
Con el lema "No a la reforma laboral injusta con los trabajadores, ineficaz para la economía e inútil para el empleo", han arrancado las manifestaciones en las principales provincias andaluzas, aragonesas, catalanas, castellanas, vascas, gallegas, baleares y valencianas, y en ciudades como Gijón, Santander, Pamplona, Cáceres, Las Palmas de Gran Canaria, Logroño, Ceuta y Melilla. La primera estaba convocada a las 10.30 en Córdoba, y la última a las seis de la tarde en Ibiza, aunque el grueso de las protestas se han celebrado a mediodía.
La jornada es el inicio, según las dos principales centrales, de una campaña de concienciación "creciente y sostenida" contra la reforma del Gobierno del PP, que entre otras medidas, limita a dos años la ultraactividad de los convenios, generaliza el contrato con un despido de 33 días de indemnización y concreta las causas que permiten a los empresarios despedir con 20 días, por ejemplo si suman tres trimestres consecutivos con un descenso de los ingresos. La siguiente jornada de protestas esta convocada para el miércoles 29. No obstante, Toxo y Méndez han admitido que no convocarán una huelga general hasta que el "ánimo" de los trabajadores sea el adecuado.
Frente a los sindicatos, en la retina del Gobierno está aún el paro del 29 de septiembre de 2010 contra la reforma laboral del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, que no fue tan dura como la aprobada ahora por el PP. De hecho, fue Rajoy el primero en hablar de esta posibilidad, cuando, en una conversación informal en Bruselas antes de aprobar la reforma, dejó caer que le costaría una huelga general. El presidente del Gobierno, que acaba de clausurar el congreso del PP en Sevilla, ha expresado su respeto por las protestas, pero ha asegurado que la reforma es "justa, buena y necesaria" para el país.
Mientras, el PSOE ha estado presente en las protestas de Madrid mediante una delegación, que ha contado con la presencia de la portavoz parlamentaria, Soraya Rodríguez, que ha sido abucheada por medio centenar de indignados al grito de "no nos representan". En la cabecera de la manifestación también se ha visto al exministro de Trabajo, Valeriano Gómez y a Diego López Garrido, a quien algún manifestante le preguntaba desde la acera donde había estado en la huelga general de 2010 y en la reforma de pensiones. Los socialistas, que pretenden recuperar la relación con los sindicatos y el apoyo social, han convertido esta reforma en el escenario de su política de oposición frontal al Gobierno."
Extraido de http://economia.elpais.com/economia/2012/02/19/actualidad/1329646121_782015.html