"Al menos 60 presos, entre ellos tres que ya fueron ejecutados, podrían haber sido condenados a muerte con base en análisis científicos erróneos o testimonios dudosos, indicó un informe de la Inspección General de la Justicia de Estados Unidos (OIG, por sus siglas en inglés) divulgado la noche del miércoles.
En 1997, un reporte de la OIG denunció graves irregularidades cometidas en entrevistas judiciales realizadas por 13 analistas de laboratorio de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) en Quantico, Virginia.
La OIG acusa ahora, 17 años más tarde, a la FBI de no haber aprendido la lección y de haber tratado a la ligera los casos de pena de muerte durante los ochos años siguientes a la denuncia. La FBI no tomó medidas suficientes para asegurarse de que los casos de pena capital fueran una prioridad máxima y tratados con urgencia, señaló el nuevo informe..."
Integra: La Jornada
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