"Cuando el científico más famoso del planeta anunció que cancelaría su participación en un foro en Israel –donde el anfitrión era el presidente del país–, en protesta por el trato al pueblo palestino, provocó un sismo que sigue haciendo temblar.
Israel y sus aliados en Estados Unidos no han ocultado su alarma ante iniciativas populares como la creciente campaña internacional en respuesta a un llamado de la sociedad civil palestina al boicot, desinversión y sanciones (Boycott, Divest, Sanctions o BDS) y declaraciones de figuras prominentes en los circuitos académicos, científicos y culturales que denuncian las políticas bélicas de Israel, señalando casi todos que el apoyo estadunidense es fundamental para las políticas de ocupación de Israel..."
Integra: La Jornada
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