"Las protestas generalizadas que han recorrido Bosnia-Herzegovina, que algunos han dado en denominar “la primavera de Bosnia” han tardado su tiempo en llegar.
Empezaron el 5 de febrero en la ciudad nororiental de Tuzla, un antiguo centro industrial, con una fuerte tradición de movimientos sindicales.
Los antes trabajadores y trabajadoras de varias grandes fábricas en bancarrota tras el “timo de la privatización”, salieron a las calles para exigir el pago de su indemnización por despido y el reembolso de las cotizaciones que pagaron por concepto de pensión y seguro médico.
Bosnia-Herzegovina no se ha recuperado de la guerra que desmembró a la antigua Yugoslavia a principios de la década de los años 1990.
Los que trabajan apenas ganan su vida en empleos temporales y mal remunerados, en actividades laborales informales y gracias a donaciones y remesas de familiares en el extranjero.
La semana pasada, la población de Tuzla se dijo que ya estaba bien.
Escalada
Tras una convocatoria a través de Facebook, ciudadanos de a pie se unieron a la manifestación de los trabajadores para protestar a su vez por el desempleo masivo, la corrupción y dos décadas de fracaso político.
Aldin Širanović, principal organizador de las manifestaciones, dijo a los manifestantes: “Esta es la voz de los ciudadanos libres… Vamos a ir a la sede de la presidencia de Tuzla para decirles qué significa tener hambre, qué significa estar en paro.”
Širanović y varios otros manifestantes fueron detenidos inmediatamente.
Al día siguiente, se calcula que 6.000 personas se manifestaron frente a los edificios de la presidencia para exigir, entre otras reivindicaciones, la liberación inmediata de Širanović y la dimisión del presidente cantonal Sead Čaušević.
Los representantes gubernamentales se negaron a reunirse con los manifestantes. Como resultado, estos arrojaron huevos y piedras a la policía y a los edificios gubernamentales.
La policía respondió una vez más haciendo gala de fuerza y decenas de manifestantes resultaron heridos y fueron detenidos. Una protesta de solidaridad tuvo lugar en Sarajevo y Širanović fue puesto en libertad esa misma noche.
El tercer día, las protestas se extendieron a las principales ciudades de mayoría bosnio-croata en la Federación de Bosnia y Herzegovina, una de las dos entidades que conforman el país (la otra es la República Srpska, de mayoría serbia).
La policía fue atacada con piedras, se incendiaron edificios y se saquearon varias tiendas.
Un joven manifestante dijo a Equal Times: “El Estado no se ocupa para nada de nosotros. La pensión de mi padre llega con atraso. No creo poder hacer realmente algo en Tuzla, pero por lo menos puedo expresar mi descontento.”
Demandas de los manifestantes
Desde que se iniciaron las protestas han presentado su renuncia varios altos cargos, incluyendo los presidentes de Tuzla y Sarajevo.
Gran parte de la población considera que los cantones, que existen únicamente en la Federación y tienen sus propios presidentes y ministerios, son una subdivisión político-administrativa innecesaria y ejercen una presión muy fuerte sobre el ya muy apretado presupuesto nacional.
Muchos ciudadanos piensan que los gobiernos cantonales son superfluos y deben suprimirse, pero los partidos políticos se muestran reacios a abordar esta cuestión debido a las oportunidades que los cantones representan para los políticos locales.
En cuanto a las demandas, los manifestantes también quieren ver el establecimiento de un Estado social que responda a las necesidades básicas de sus ciudadanos.
Asimismo, piden una administración pública eficaz y menos costosa, una política de creación de empleo y una disminución de las tensiones nacionales.
Sin embargo, el movimiento sindical de Bosnia-Herzegovina ha estado reivindicando estas demandas durante años, y la central sindical de la Federación, la Savez samostalnih sindikata BiH (Confederación de Sindicatos Independientes de Bosnia-Herzegovina, o SSSBiH), miembro constitutivo de la KSBiH, la Confederación de Sindicatos de Bosnia-Herzegovina), apoya firmemente las protestas.
“La SSSBiH ya ha pedido con anterioridad un cambio en el gobierno a todos los niveles, de conformidad con la Constitución y la legislación. Hacemos un llamamiento a las formaciones políticas para que asuman sus responsabilidades y ofrezcan soluciones a las demandas y reivindicaciones de la SSSBiH.”
Aun cuando ha habido una o dos protestas a pequeña escala, la situación en la República Srpska ha sido hasta ahora mucho más tranquila, pese a que la situación socioeconómica es ligeramente peor que en la Federación, que es donde se mantiene la base económica e industrial del país.
El domingo, los principales líderes políticos se reunieron con el primer ministro de Serbia, Ivica Dačić, en Belgrado para pedir estabilidad y evitar la “propagación” de las protestas.
Los partidos de oposición serbios piden al Gobierno de la República Srpska que dimita, al tiempo que exigen elecciones anticipadas.
Los principales partidos políticos de la Federación se culpan unos a otros de crear una situación que ha obligado a los ciudadanos a salir a las calles.
Entre tanto, mientras las disputas políticas continúan, los manifestantes se centran en exigir satisfacción a sus demandas.
Cuando Equal Times preguntó a los manifestantes qué es lo que quieren, un joven, que pidió conservar el anonimato, afirmó que quieren un cambio político real.
“Todos los que están ahora en el poder deben marcharse. Los ciudadanos de Bosnia nos sentimos defraudados por nuestros líderes. Es el momento de tener algo nuevo.”"
Empezaron el 5 de febrero en la ciudad nororiental de Tuzla, un antiguo centro industrial, con una fuerte tradición de movimientos sindicales.
Los antes trabajadores y trabajadoras de varias grandes fábricas en bancarrota tras el “timo de la privatización”, salieron a las calles para exigir el pago de su indemnización por despido y el reembolso de las cotizaciones que pagaron por concepto de pensión y seguro médico.
Bosnia-Herzegovina no se ha recuperado de la guerra que desmembró a la antigua Yugoslavia a principios de la década de los años 1990.
Los que trabajan apenas ganan su vida en empleos temporales y mal remunerados, en actividades laborales informales y gracias a donaciones y remesas de familiares en el extranjero.
La semana pasada, la población de Tuzla se dijo que ya estaba bien.
Escalada
Tras una convocatoria a través de Facebook, ciudadanos de a pie se unieron a la manifestación de los trabajadores para protestar a su vez por el desempleo masivo, la corrupción y dos décadas de fracaso político.
Aldin Širanović, principal organizador de las manifestaciones, dijo a los manifestantes: “Esta es la voz de los ciudadanos libres… Vamos a ir a la sede de la presidencia de Tuzla para decirles qué significa tener hambre, qué significa estar en paro.”
Širanović y varios otros manifestantes fueron detenidos inmediatamente.
Al día siguiente, se calcula que 6.000 personas se manifestaron frente a los edificios de la presidencia para exigir, entre otras reivindicaciones, la liberación inmediata de Širanović y la dimisión del presidente cantonal Sead Čaušević.
Los representantes gubernamentales se negaron a reunirse con los manifestantes. Como resultado, estos arrojaron huevos y piedras a la policía y a los edificios gubernamentales.
La policía respondió una vez más haciendo gala de fuerza y decenas de manifestantes resultaron heridos y fueron detenidos. Una protesta de solidaridad tuvo lugar en Sarajevo y Širanović fue puesto en libertad esa misma noche.
El tercer día, las protestas se extendieron a las principales ciudades de mayoría bosnio-croata en la Federación de Bosnia y Herzegovina, una de las dos entidades que conforman el país (la otra es la República Srpska, de mayoría serbia).
La policía fue atacada con piedras, se incendiaron edificios y se saquearon varias tiendas.
Un joven manifestante dijo a Equal Times: “El Estado no se ocupa para nada de nosotros. La pensión de mi padre llega con atraso. No creo poder hacer realmente algo en Tuzla, pero por lo menos puedo expresar mi descontento.”
Demandas de los manifestantes
Desde que se iniciaron las protestas han presentado su renuncia varios altos cargos, incluyendo los presidentes de Tuzla y Sarajevo.
Gran parte de la población considera que los cantones, que existen únicamente en la Federación y tienen sus propios presidentes y ministerios, son una subdivisión político-administrativa innecesaria y ejercen una presión muy fuerte sobre el ya muy apretado presupuesto nacional.
Muchos ciudadanos piensan que los gobiernos cantonales son superfluos y deben suprimirse, pero los partidos políticos se muestran reacios a abordar esta cuestión debido a las oportunidades que los cantones representan para los políticos locales.
En cuanto a las demandas, los manifestantes también quieren ver el establecimiento de un Estado social que responda a las necesidades básicas de sus ciudadanos.
Asimismo, piden una administración pública eficaz y menos costosa, una política de creación de empleo y una disminución de las tensiones nacionales.
Sin embargo, el movimiento sindical de Bosnia-Herzegovina ha estado reivindicando estas demandas durante años, y la central sindical de la Federación, la Savez samostalnih sindikata BiH (Confederación de Sindicatos Independientes de Bosnia-Herzegovina, o SSSBiH), miembro constitutivo de la KSBiH, la Confederación de Sindicatos de Bosnia-Herzegovina), apoya firmemente las protestas.
“La SSSBiH ya ha pedido con anterioridad un cambio en el gobierno a todos los niveles, de conformidad con la Constitución y la legislación. Hacemos un llamamiento a las formaciones políticas para que asuman sus responsabilidades y ofrezcan soluciones a las demandas y reivindicaciones de la SSSBiH.”
Aun cuando ha habido una o dos protestas a pequeña escala, la situación en la República Srpska ha sido hasta ahora mucho más tranquila, pese a que la situación socioeconómica es ligeramente peor que en la Federación, que es donde se mantiene la base económica e industrial del país.
El domingo, los principales líderes políticos se reunieron con el primer ministro de Serbia, Ivica Dačić, en Belgrado para pedir estabilidad y evitar la “propagación” de las protestas.
Los partidos de oposición serbios piden al Gobierno de la República Srpska que dimita, al tiempo que exigen elecciones anticipadas.
Los principales partidos políticos de la Federación se culpan unos a otros de crear una situación que ha obligado a los ciudadanos a salir a las calles.
Entre tanto, mientras las disputas políticas continúan, los manifestantes se centran en exigir satisfacción a sus demandas.
Cuando Equal Times preguntó a los manifestantes qué es lo que quieren, un joven, que pidió conservar el anonimato, afirmó que quieren un cambio político real.
“Todos los que están ahora en el poder deben marcharse. Los ciudadanos de Bosnia nos sentimos defraudados por nuestros líderes. Es el momento de tener algo nuevo.”"
Fonte: Equall Times
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