quarta-feira, 31 de julho de 2013

El sindicalismo se debate ante su futuro (Fonte: UGTBARCELONA)

"Los sindicatos se enfrentan a un problema existencial: si no pueden representar más que a una ligera porción de los norteamericanos con empleo, ¿cuál es su misión? ¿Hay otras formas de hacer avanzar los intereses de los trabajadores, aunque esos trabajadores no sean afiliados suyos?
Estas cuestiones son todo menos fáciles. Los sindicatos han empezado a experimentar con las respuestas, aun cuando, como admiten de buena gana los sindicatos, sean un pobre substituto de la negociación colectiva. El Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (Service Employees International Union -SEIU) ha informado con detalle de docenas de organizadores en locales de comida rápida en una serie de ciudades: ha habido jornadas de huelga de trabajadores de comida rápida en Nueva York y Chicago, y es probable que dichas acciones se extiendan. La meta no estriba en un contrato nacional con empresas como McDonald’s sino en la eventual movilización de un número suficiente de trabajadores en ciudades y estados receptivos para que ayuntamientos y órganos legislativos se sientan apremiados a subir el salario mínimo local o establecer un sueldo base en determinados sectores. Esto significa, no obstante, que el SEIU está ayudando a levantar un a organización que no producirá nada semejante al nivel de ingresos derivado de cuotas que le corresponde normalmente a los sindicatos gracias a los acuerdos de negociación colectiva. Puede que este nuevo acuerdo no se perfile, pero tampoco muestra el lento declive en su afiliación que el sindicalismo seguirá experimentando a menos que cambie de rumbo.
La AFL-CIO se ha embarcado en una apuesta semejante, quizás hasta más radical . “No vamos a dejar que siga siendo el patrono el que decida quiénes son nuestros afiliados”, me dijo el presidente de la federación, Richard Trumka, en una entrevista reciente.  “Decidiremos nosotros”.
En lugar de vindicar como afiliados propios tan solo al número decreciente de trabajadores en sindicatos cuyos patronos se han avenido a la negociación colectiva, los planes de la AFL-CIO plans consisten en abrir la afiliación a los norteamericanos a los que no cubre ningún acuerdo de ese tipo. La primera parte de este plan consiste en extender su programa de Working America [Norteamérica Trabajadora], una campaña puerta a puerta que ha movilizado a miembros no sindicados en vecindarios de clase trabajadores de estados electorales en disputa para dar apoyo a candidatos respaldados por los sindicatos en el ultimo decenio. En meses recientes en Nuevo México, Working America inscribió en el umbral de su casa a 112.000 residentes en una campaña que elevó el salario mínimo en Albuquerque y luego en un condado adyacente. Pero el objetivo de esas campañas, afirma Karen Nussbaum, directora de la organización, no estriba únicamente en lograr un aumento; se trata también de “conseguir comprometer a todos los trabajadores que podamos para alcanzar el aumento y la esperanza que esto llevará al activismo en lugares de trabajo concretos”. Se proponen construir un movimiento de trabajadores, aun cuando, como en el caso de la campaña de SEIU con los trabajadores de comida rápida, asegurar los contratos en el puesto de trabajo (y el tipo de cuotas de afiliados que sostienen a un sindicato) no aparece en el horizonte. 
Los planes de la AFL-CIO no terminan aquí. “Preguntamos a los especialistas académicos, preguntamos a nuestros amigos de otros movimientos, ‘¿En qué nos hace falta convertirnos?’ ” cuenta Trumka. “Probaremos con toda una serie de formas nuevas de representación. Algunas funcionarán, otras no, pero así abriremos el movimiento sindical”. No se descarta formar una organización de sindicatos y otros grupos progresistas de mayor envergadura, aunque llevaría tiempo hacer que levantara el vuelo.
El movimiento sindical que emerja de estas reformas podría asemejarse a una versión de los Caballeros del Trabajo [Knights of Labor], la organización de trabajadores de la década de 1880 que era un cruce entre federación sindical, vehículo político de clase obrera (hizo campaña por la jornada de ocho horas) y logia fraternal. Siendo los norteamericanos que trabajan incapaces — al menos por ahora — de hacer avanzar sus intereses sus lugares de trabajo, los sindicatos están viendo cómo movilizar a los trabajadores para librar esas batallas en otros terrenos. No saben exactamente adónde se dirigen, pero han comenzado a dar ese giro."

Fonte: UGTBARCELONA

Nenhum comentário:

Postar um comentário