"SAHAB, Jordania (OIT Noticias) – Dos veces a la semana, una especialista en formación, Rania Shanti, visita una fábrica textil en la ciudad industrial de Sahab, Jordania, y habla con pequeños grupos de trabajadores sobre acoso sexual.
Rania trata de crear un clima agradable y – sobre todo – de confianza que anime a los participantes a hablar libremente.
Uno de los trabajadores es Indrani, una mujer de Sri Lanka que trabaja en la fábrica desde 2009.
“Pensaba que cuando las mujeres decían haber sido víctimas de acoso sexual se referían a que habían sido violadas. Ahora entiendo que el acoso sexual puede presentarse de muchas formas diferentes”, dice Indrani.
Como Indrani, muchos de los trabajadores de la fábrica son extranjeros, la mayoría de ellos procedentes de Sri Lanka, India y Bangladesh, por lo que Shanti, que participa en el programa Better Work de la OIT, necesita con frecuencia de la asistencia de un traductor para comunicarse.
“Es difícil evaluar el acoso sexual en estas fábricas debido a la naturaleza sensible de la cuestión y al miedo entre los trabajadores a las represalias. Nunca tienes la garantía de que los trabajadores vayan a considerarse a si mismos víctimas de acoso sexual”, explica.
Hace dos años, se denunciaron violaciones generalizadas contra trabajadores de una de las mayores fábricas ropa de Jordania. Aunque las denuncias no fueron verificadas, las informaciones sobre los acercamientos sexuales no deseados que sufren los trabajadores son habituales en el conjunto del sector de la manufactura textil.
Las investigaciones realizadas por Better Work Jordania revelaron que muchos trabajadores desconocían qué actitudes constituyen acoso sexual, aunque estuviesen afectados.
Como consecuencia Better Work Jordania lanzó un proyecto piloto de sensibilización sobre el acoso sexual con la empresa para la que trabaja Indrani, Jerash Garment and Fashion Manufacturing Company, cuyo objetivo es enseñar a los trabajadores de la cadena de producción, a los gestores y a los supervisores a identificar, prevenir y denunciar casos de acoso sexual.
Durante una de las sesiones, que se llevó a cabo a mediados de junio, Indrani se acercó a un grupo de mujeres tímidas y reservadas que habían contado a sus colegas que habían sufrido tocamientos, que les habían levantado las faldas y que incluso habían sido agredidas sexualmente por los chóferes de taxis.
Priyadorshani, otra trabajadora de la fábrica originaria de Sri Lanka, dijo que el proyecto les ayudó a comprender mejor las leyes y normas de Jordania relativas al acoso sexual en el lugar de trabajo.
“Somos extranjeros en Jordania, por eso no sabemos mucho sobre las leyes, las reglas y los procedimientos”, explica. “Después de la formación, tengo una mejor idea de cómo hacer frente a la situación si se presenta.”
Shanti señala que si bien existen algunas leyes pertinentes, las políticas que tienen más poder y son más eficaces son aquellas que son elaboradas y adoptadas dentro de las fábricas, y que abarcan todas las formas de acoso sexual.
“Parte de la formación está dirigida a ayudar a las fábricas a crear su propia política en materia de prevención del acoso sexual. Nosotros compartimos nuestro modelo de política, que se puede adaptar”, explica. “Esto ha tenido un gran impacto en los gestores de la fábrica, y les ha conferido un gran sentido de responsabilidad, gracias al cual ahora sienten que están a cargo de la situación y que pueden controlarla”.
Sanil Kumar, responsable empresarial del cumplimiento de esta política, está de acuerdo.
“La formación ayudó a los gestores y supervisores a abordar problemas de los que antes no eran conscientes, como ciertas formas de acoso sexual y la manera de prevenirlas o hacerles frente. Tras el asesoramiento del equipo de Better Work, hemos desarrollado nuestra propia política interna de prevención en materia de acoso sexual para la fábrica, que fue adoptada por la dirección”.
Los sindicatos también están intentando participar, dice Mervat Abdel Kareem al-Jamhawi, del Sindicato General de Trabajadores del Textil, la Ropa y la Confección.
“Tratamos de sensibilizar sobre esta cuestión a las trabajadoras de las fábricas pero los desafíos son muchos, como las barreras lingüísticas y culturales. Indudablemente, esta es una prioridad para nosotros y necesitamos más apoyo de proyectos como Better Work Jordania para desarrollar más programas en una serie de fábricas”.
Better Work Jordania proyecta crear sistemas independientes de asesoramiento y de orientación para los trabajadores que se sienten sexualmente acosados o bajo la amenaza de serlo. El proyecto piloto se extenderá a muchas otras fábricas el próximo año, algunas de las cuales emplean hasta 7.000 trabajadores provenientes de al menos ocho países.
“Nosotros mantendremos nuestro programa de formación”, afirma Shanti. “Seguiremos difundiendo nuestro mensaje, especialmente entre los trabajadores migrantes, explicándoles que no son víctimas, que no son débiles. Han venido de Sri Lanka y Bangladesh y de otras partes del mundo para trabajar aquí, así que se trata de mujeres fuertes. Necesitan saber que pueden reaccionar. Si no quieren hablar con sus superiores sobre acoso sexual, pueden hablar con nosotros”."
Fonte: OIT
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