"Israel inauguró este lunes dos líneas de autobús destinadas a que las empleen eminentemente pasajeros palestinos, que unirán el puesto de control de Eyal, en el norte de Cisjordania, con centros de población en torno a Tel Aviv. Según diversos medios israelíes, como el diario Haaretz, el ministerio de Transporte tomó la decisión de abrir esas líneas después de recibir las quejas de colonos judíos que consideran que compartir autobuses con los palestinos que van a trabajar a Israel supone un riesgo para su seguridad.
No hay prohibición oficial de uso de los autobuses a ningún grupo de población, pero el ministerio de Transporte ha dicho que las nuevas líneas van destinadas específicamente a mejorar servicios para los palestinos. Además, hasta hoy ha anunciado sus servicios sólo en árabe y en zonas de Cisjordania bajo control palestino, aunque fuentes de la compañía que gestiona los autobuses, Afikim, mantienen que se publicitarán las líneas también en hebreo. Esa empresa no ha definido en ningún momento los autobuses como destinados exclusivamente para palestinos.
“El intento de segregación es apabullante”, según Jessica Montell, directora ejecutiva del grupo de derechos humanos B’Tselem, “y no debe permitirse que los argumentos actuales sobre las necesidades de seguridad y sobre la masificación de los servicios camuflen el oneroso racismo que supone el requerimiento de eliminar a los palestinos del resto de autobuses”.
En un comunicado, el Ministerio dijo este lunes que las líneas de autobús han sido creadas para dar garantías de que aquellos “que pueden abandonar la Autoridad Palestina puedan viajar en todos los medios de transporte público de Israel, incluidos los autobuses que prestan servicio a Judea y Samaria” [la terminología empleada por Israel para referirse a Cisjordania]. El ministro responsable, Israel Katz, dijo que las nuevas rutas evitarán el funcionamiento de empresas ilegales que cobraban precios exorbitantes a los palestinos.
En 2009, la Corte Superior de Justicia de Israel permitió en una sentencia que los palestinos usen la carretera 443, que une Jerusalén con Tel Aviv y discurre en un tramo por Cisjordania. Esa vía fue escenario de numerosos ataques durante la segunda Intifada y las autoridades israelíes prohibieron su uso a los palestinos. Hoy en día la pueden usar legalmente, pero, como el resto de conductores, deben atravesar un puesto de control militar.
El mismo tribunal se pronunció en 2011 sobre la segregación por género autoimpuesta por los judíos ultraortodoxos en los denominados autobuses mehadrim. Ellos mismos, sin mediación gubernamental, se dividían: hombres al frente, mujeres al fondo. Los jueces se preguntaron entonces si le correspondería a los empleados de la empresa asegurarse de que no había segregación en los vehículos. “Un operador de transporte público, como cualquier otra persona, no tiene el derecho de ordenarle, pedirle o decirle a una mujer donde se puede sentar sólo por el hecho de que sean mujeres”, falló en la sentencia el juez Elyakim Rubinstein.
Aún así, el magistrado se preguntó: “¿Han regresado los días de Rosa Parks, la afroamericana que hizo derrumbarse la segregación racista en un autobús de Alabama en 1955?”."
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