"De nuevo hubo más de siete horas de reuniones en el despacho de la jueza López Vergara. Pero la UTA –el otro gremio del subte– pateó la negociación cuando existía un principio de acuerdo. Así, la protesta se extendió otras 24 horas.
Tras un segundo día de maratónicas negociaciones en la Justicia por el paro del subte, entró en juego el factor imprevisible. La Unión Tranviarios Automotor (UTA), el sindicato que decidió no hacer paro –a diferencia de los metrodelegados– con el argumento de que así ayudaba al diálogo, pateó el tablero cuando todos estaban cerca de un acuerdo. Los dirigentes del sindicato se negaron a dar el aval a una propuesta de la jueza Patricia López Vergara para usar los subsidios enviados por el gobierno nacional para el pago de los salarios, habilitando de esta manera las paritarias. Con este rechazo, las negociaciones volvieron a cero. La situación es paradójica, porque la UTA, sin hacer paro, terminó definiendo la continuación del conflicto: al no haber una solución, los metrodelegados decidieron extender su medida de fuerza por 24 horas más. Así, por quinto día consecutivo, la Ciudad hoy no tendrá subtes.
Para dar una idea de lo enredada que es la situación, se podría empezar por decir que en el juzgado hubo otra vez siete horas de negociaciones. En el arranque, algunas señales alentaron expectativas de un acuerdo. Metrovías, por ejemplo, mandó a la audiencia a cuatro de sus principales directivos, lo que dio la idea de que la concesionaria tenía voluntad de encontrar una salida. Además, el macrismo mandó a la audiencia al presidente de la Sbase (la empresa estatal de subterráneos porteña), Juan Pablo Piccardo, que el lunes ni se había acercado al tribunal.
Y de hecho, las partes lograron avanzar en un posible esquema de solución al conflicto, hasta que la UTA dio el portazo. A las 21, la propia jueza López Vergara confirmó que el acuerdo había quedado en la nada.
–¿Qué sucedió? –le preguntó Página/12
–La UTA no se avino a lo que más o menos habíamos consensuado.
–¿Con qué argumento?
–No hubo argumentos –dijo la jueza.
“He tenido que habilitar empleados para que trabajaran todas las horas que se necesitó estos dos días. Bienvenido si con eso solucionábamos el problema de la gente, pero el sindicato tomó esta postura. Incluso tenían que volver tras un cuarto intermedio y llamaron para avisar que no iban a venir. De mínima, es una falta de respeto al tribunal”, agregó la jueza, tratando de contenerse..."
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